domingo, 27 de septiembre de 2009

UNA HISTORIA, UN BESO Y UN ADIOS



UNA HISTORIA, UN BESO Y UN ADIOS

Hoy no puedo comenzar mi historia semanal sin antes escribirte querida lectora; muchas veces he pensado en las palabras correctas con las cuales expresar mis sentimientos y que ellos no influyan en mis palabras públicas. Pero quien puede separar la mente del alma y tragar su pena para siempre. Ojalá hoy fuera como la mañana aquella, en la que mis palabras se cruzaron en tu camino por primera vez, ojalá repitiera el destino hoy mi suerte.

Esa mañana primaveral como cualquier otra aparentemente, donde crucé la línea que no se debe atravezar, donde rompí una de las pocas reglas que un escritor debe mantener. Pero la vida y sus misterios me llevaron directamente a ti, colocando ante tus ojos mis palabras adornadas. Recuerdo perfectamente el contenido de esa primera historia ante tus ojos,  el relato de un amor perdido, de un quiebre profundo y sin retorno.

Es irónico pensar que dos años más tarde volvería a escribir esa historia, pero esta vez en mi propio corazón. Un deja vu doloroso e inesperado, al parecer estoy condenado a estar en soledad y colocar mi corazón en hielo. Esta tarde leí cada uno de tus comentarios dejados al pasar, cada frase sobre mis historias, tu sorpresa, tu risa, tus saludos cada vez que podías. Cómo pensaría alguna vez que esas palabras serían más profundas algún día.

Nunca imaginé que escribiría con besos en tu boca y con mis dedos pondría letras en tu piel desnuda, que en mis historias de pasión serías tu y que sudaría tinta para escribir nuevos relatos de amor. Cada artista busca su inspiración en un ángel, mientras yo tenía a mi angel a mi lado cada día. El error fue mio, lo sé, pero no pude evitar ser encantado por tus palabras. Abrí la puerta que muchos otros intentaron sin poder y robé tu corazón.

Mientras en silencio, oculto tras las páginas de mis relatos, buscaba como conquistar tu mirada. Sin problemas encontré las primeras risas; las largas conversaciones, al calor de la noche ayudaban a sentirnos cerca, hasta el día que finalmente, nuestras miradas se encontraron en un destello. Una sensación dificil de describir, un vertiginoso instante en silencio. Sólo pude abrazarte, tomar tus manos pequeñas y besar tus labios dulces.

Los corazones agitados de la emoción, besos eternos de minutos infinitos, caricias retenidas que hoy eran libres, como aves salidas de sus nidos. Nos reconocimos, descubrimos a nuestro gemelo espiritual, dos versiones de lo mismo, dos cuerpos y un sólo corazón. Esos besos eran cada día una mesa de manjares y tus ojos reflejaban directamente mi rostro en ellos. No existía nadie más a nuestro alrededor, sólo nuestros pasos al atardecer.

Los días pasaban lentos al calor del verano y persisten los recuerdos de esa primera noche juntos, que recorrimos nuestra piel con sabor frutal, que desnudé tu espalda y navegué en tu río de pasión. Embarcados en veleros blancos, que se dejan llevar por el viento calmo de la noche del verano. Poco a poco nos embriagamos de amor y desembarcamos en puertos nuevos, con paisajes lejanos, delicias de una noche de locura y entrega total.

Hoy esos recuerdos me invaden, me alegran y me lastiman, hoy que sólo me queda el sabor amargo del último beso, el sonido más lejano del adios. Cuando la tinta de mis manos se borra lentamente de tu piel y las palabras escritas en tu corazón palidecen lentamente, se pierden como frases en la arena. De tus ojos brotaban cascadas de lágrimas y yo no pude volver la mirada mientras me alejaba, esta vez no quise que me vieras llorar.

La imagen de tu rostro permanece en mi retina y tu amor se a mudado de casa a otro otro corazón. Ha dejado un vacío en mi pecho que no resiste. Nuevamente en mi escritorio, escribo historias de amor y de pasión, mientras mi propia piel pierde el sabor de tus caricias, escribo con el puño apretado, queriendo soltar mi pena, pero retengo ese pesar en mi. Tus palabras resuenan en mi cabeza y la incertidumbre corona mi camino.

Recorro tus frases, tus fotos, tus mensajes y no puedo dejarte partir, intento reescribir mi historia y relatar un nuevo final para este capitulo. Pero el frío de esta noche sólo me hace sentir la soledad de mi habitación. Lectora fuiste mi amor algún día, hoy no se si volverás a leer mis líneas, si disfrutarás, reirás y te emocionarás como antes, cuando sólo me veías a traves de estas palabras, de estas letras que grabaron en ti el amor.



(^)(^)
ø(**)ø
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..°¤¤°.¸¸.¤´¯`» Freddy
D. Astorga «´¯`¤.¸¸.°¤¤°


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué puedo decir....
Me has dejado sin palabras, tantas imágenes y recuerdos vienen a mi cabeza en este momento, tantos sentimientos y momentos compartidos...
Se me aprieta el corazón al darle curso a esta lectura, no pude guardar mis lagrimas ante estas palabras...
Estas en mi corazón ahora y siempre...
Por ahora estoy tratando de aprender a crecer, buscando respuestas y refugiandome en la oración...
Dejame decir, que eres una excelente persona y alguien muy importante para mi, gracias por todo lo que me entregaste y por mostrarme por montones lo que es al amor...

Tu lectora de siempre...

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